miércoles, 10 de julio de 2013

9 de julio: cuando pega el frío pasan cosas raras



 Y cuando digo “raras”, me refiero a cosas raras para nosotros. Raras por ser la primera vez que las vivenciamos. Estoy segura, igual, que algunas de las cosas raras van a sonar rarísimas para todos.
Acá va:
-Espejismos visuales: amanecemos hace 2 días. Levantamos la cortina Black out y el vidrio está congelado, literalmente. No se ve nada para afuera porque hay HIELO en el vidrio. Buá, helada (las conocemos ya). Pero zaz, abrimos las otras cortinas de la casa y vemos que todo, TODO, lo que está a la vista afuerta está cubierto de blanco. ¿Nevó? Parece nieve. No. Good old helada – pero una de esas que son potentes, que aguantan varias horas después de que amanezca. De esas que amenazan todas tus verduritas en el invernadero. De esas que te hacen patinar en la tierra, el pasto, lo que sea. De esas que son bien bien lindas, pero para ver desde adentro, al lado de un fueguito. Queridos Colo y Eli, la helada más grande del año, por ahora. Tomen nota: 8 de julio.




-Danza: salimos de casa, teníamos que ir a hacer un par de cositas al pueblo (mandar cartas, ese tipo de cosas – ¡acá todavía se mandan cartas! Sobre todo a los sobrinos, para que conozcan lo que es el correo, un sobre, una estampilla, esa onda). Con veinte capas de abrigo porque sino me congelaba, subimos a la camioneta (que por suerte pasó la noche bajo techo) y salimos despacito para no hacer patinaje sobre hielo. Bien, hasta ahí todo normal. Llegando al pueblo hay varios campos con vacas, despejados. Yo venía viendo por la ventana y de repente, en el medio del campo veo dos seres desconocidos pegando saltos de un modo absolutamente bizarro. Pensé: ¿son pibes? Tengan en cuenta que esto duró 2 segundos, que estaba lejos y en una camioneta en movimiento, en camino enripiado, sacudiéndonos que da calambre. Bueno, no, no eran pibes, me di cuenta que eran liebres alienígenas. Por que, dale, ¿qué liebre se para en dos patas y baila con otra? La escena era esa. Bizarro es poco. (Por favor, que alguien me explique esto porque sino creo que me van a empezar a dar miedo).

De esto no tengo pruebas fotográficas – mucho me hubiera gustado hacer un buen zoom y ver la cara alien de las liebres en ese momento. Ojos verdes y toda la bola.

-YPF affaire: Al día siguiente de la GRAN HELADA, feriado, llega el camioncito de YPF que nos trae el gas a domicilio desde Bariloche. No muy eco-friendly la cuestión, pero qué va a hacer. No sé si saben (nosotros no sabíamos): la helada, parece, ablanda muuuucho la tierra. Porque claro, cae, congela todo por abajo y cuando se derrite queda manteca. Bueno saberlo: llega el camión y acá es una fiesta porque el medidor ya nos tiraba 10% y, considerando los fríos, nos asustaba un poco que se nos acabara el gas (y con él, el agua caliente, la calefacción. En fin.). Bueno, cuestión que llega, baja las lomadas (caminos muy hechos bolsa, con agua, barro, de tutti), pero llega. Lo veo desde mi ventana. Hace marcha atrás para entrar en nuestro “jardín” (para mi, nuestro jardín es todo el valle, aunque legalmente no lo sea) y zaz, ahí se queda, patinando. RIDÍCULO. Es decir, pasó pozos zarpados, una parte del camino que tiene 1 metro de profundidad de barro y agua y en la entrada de casa, haciendo marcha atrás, se encaja. GAD. Bueno, nada, gracia a Dio, llegaba la manguera hasta nuestro tanque de gas. Así que cargaron y dejaron para después la odisea… si sólo les pudiera contar… llovizna, frasquete, y todos ahí poniendo ripio debajo de las ruedas, maderas, ladrillos. Y cada vez el camión más hundido. Buscamos un tractor en lo del vecino Manuel, pero nada, nada, nada es tan pesado como el camión de YPF, muchachos. Sepanlo desde ahora. Se las hago corta: tras 2 horas (Sí, dos – yo pensé que los muchachos se quedaban a dormir en casa), el camión arrancó, avanzó sin detenerse por todo el terreno (todo el tiempo parecía que se quedaba de nuevo) que nos separaba del metro de barro y agua y se mandó, con un buen envión y yo pensé: pasa o se choca y explota todo. Interesting. Pasó. Todo bien. Por 2 o 3 meses más estamos salvados. ¡Viva!






-Videos: uno está acá y... ¿qué les puedo decir? Disfruten (me fue imposible postearlos directamente, así que ¡vayan y vean los links!)

Eli, este es para ti, cabrona, para que estés orgullosa del pinche Ajo:

http://youtu.be/-dVhyKNx98I


Y este, qué se yo. Una mezcla de fascinación por la velocidad a la que crece la barba de Tomi y una canción absolutamente random que encontré por ahí:




Emocional: la vida nos sigue sonriendo. Tom aprendió a soldar (ya está terminando un chispero para la chimenea) y está preparando las maderas para el gallinero. Va a ser un gallinero GROSO. 

Animal: Se rumorea por el valle que Ajo estaría a punto de ser padre... las malas lenguas dicen que estuvo husmeando por lo de Manuel y que ahora su perra está por parir como 20 cachorritos. Cuando nazcan pediremos el ADN. 

Ambiental: ¡los canales del terreno están con agua! Tenemos que ir a recorrer los terrenos vecinos, pero por el nuestro ya corre el agua. Son unos canales muy románticos. Falta el puente, el gondolero, y Venecia se queda atrás.

Vegetal: la zarpada helada de hace dos días no fue cualquier cosa - y se hizo notar. Las lechuguitas están luchando por su vida, como también las rúculas nuevas que Tom había transplantado hace unas semanas. Seguiremos peleando por ellas con todo lo que tenemos (léase: mantas anti-helada). 

¡y salud!



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